Tamara Falcó ha regresado a su puesto de trabajo en el programa de las hormigas, siendo su enlace con Íñigo Onieva el tema estrella de la primera tertulia moderada por Pablo Motos.
Resplandeciente. Así ha resurgido Tamara Falcó en la gran pantalla después de vivir un verano de fantasía junto a su marido Íñigo Onieva. La marquesa de Griñón, radiante y desbordante de felicidad, mostraba sin ningún tipo de tapujo su anillo de casada. La hija de Isabel Presyler se sentó junto a sus compañeros, quienes le preguntaron por su luna de miel en la que ha visitados países como Sudáfrica, Zambia o la Polinesia francesa.
Nada más sentarse, Tamara, entre risas, señaló lo mal que se portaron todos sus compañeros en el día más importante de su vida. Entre el buen rollo que caracteriza a la tertulia en la que participa semanalmente en el programa líder del ‘prime time’ de nuestro país, sus compañeros contaron algunos detalles de la boda que no quisieron dejar pasar en vano. Cristina Pardo, periodista y amiga de la hija más pequeña de la Presyler, quiso felicitar a su compañera por el transcurso de la boda y, en especial, por el cóctel: «Los aperitivos son los mejores que he comido en mi vida», apuntaba la copresentadora de Más vale tarde.
La marquesa de Griñón, entre tantas confesiones, contó algún que otro detalle que el día del enlace no pudimos ver. En concreto, se trata del color del segundo vestido. En referencia a su segundo sayo, Tamara Falcó declaró que el color era exactamente el mismo que el que su madre empleó para comprometerse con el marqués de Griñón, un síntoma de que «cada detalle estaba pensado al milímetro».
Próximo paso, ¿la maternidad?
Tamara Falcó ha regresado a su puesto de trabajo con máximas ganas e ilusión en una temporada en la que se presupone que será más tranquila que la pasada, cuando su noviazgo con Íñigo Onieva se convirtió en una telenovela televisada minuto a minuto.
Entre todos sus planes, la hija de Isabel Preysler tiene uno por encima de todos: ser mamá. A sus 41 años, el reloj biológico de Tamara Falcó está más vivo que nunca y una nueva personita en el mundo sería la guinda perfecta a su historia de amor tan controvertida como idílica desde hace varios meses. Su esposo, Íñigo Onieva no ha escondido en ningún momentos sus intenciones de ser padre, como ya lo reconoció a la revista Hola: «El primer hijo, para cuando Dios quiera y ojalá quiera; ya estamos abiertos».
Como ya es sabido, Tamara Falcó lleva meses ya sometiéndose a la naprotecnología, un método natural que favorece a la fecundación y que podría acelerar el proceso de un posible embarazo que desembocaría en el primer hijo en común entre la descendiente del marqués de Griñón e Íñigo Onieva.
