Cáncer de cuello uterino: Braquiterapia para bloquear el tumor

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El cáncer de cuello de útero es el tumor que afecta a esta zona genital femenina, la parte del útero que conecta con la vagina. Promover el conocimiento de esta enfermedad -conocer sus causas, síntomas y medidas de prevención– es tan importante como su diagnóstico precoz para multiplicar las opciones de control de la enfermedad. De hecho, según datos médicos, estamos ante el segundo cáncer más frecuente en la mujer. De igual manera que se ha avanzado en su diagnóstico, también se ha hecho en lo relativo a mejorar los tratamientos para ganar la batalla al cáncer de cuello de útero.
 
El segundo tumor más frecuente entre las mujeres de edades comprendidas entre los 15 y los 44 años. Son los datos de presentación del cáncer de cuello de útero, del que según datos médicos cada año se diagnostican en nuestro país más de 2.000 nuevos casos. Promover el conocimiento de esta enfermedad y sus métodos de prevención es fundamental para mejorar las cifras tanto de diagnóstico precoz como de curación. El cáncer de cuello de útero puede afectar a cualquier mujer, de cualquier edad, desde el inicio de las relaciones íntimas de pareja. ¿Cuáles son las causas? El Virus del Papiloma Humano es uno de sus responsables directos. Vamos a ver más detenidamente todo lo relativo a las causas, síntomas y nuevas vías de tratamiento para el cáncer de cuello de útero.
 

Causas

El cáncer de cuello de útero, a diferencia de otros tumores femeninos como el cáncer de mama, no es hereditario. El principal causante es el Virus del Papiloma Humano (VPH), un virus con el que, según los especialistas, entrará en contacto más del 80% de la población a lo largo de su vida. El VPH es un virus que se transmite fácilmente al contacto íntimo.
 

Síntomas

Es muy común que las infecciones provocadas por el virus del papiloma no produzcan ningún síntoma evidente. De hecho, en muchos casos la infección remite por la propia acción de las defensas del organismo y sin que la propia mujer ni siquiera se dé cuenta. Sin embargo, en otros casos, la infección se puede volver crónica y, si no se controla y trata de manera adecuada, derivar en un tumor. El diagnóstico de infección por VPH requiere revisiones de manera más periódica para controlar su evolución y evitar que, en la medida de lo posible, no suponga una carga emocional.
 
Hay que recordar que hay más de un centenar de tipos distintos de VPH que pueden afectar al aparato reproductor femenino. Además del cáncer de cuello de útero algunos tipos están detrás de los tumores de vejiga y vulva, entre otros. Otros tipos de virus provocan verrugas genitales. También los hay que afectan solo a la piel. En este caso son benignos y provocan la aparición de papilomas en manos y pies.
 

Detección

Las revisiones ginecológicas son fundamentales para detectar de manera precoz cualquier tipo de problema. Para la detección del VPH se recurre a las citologías y los test de presencia del virus.
 

Braquiterapia para bloquear el tumor

En concreto, este tratamiento radioterapéutico permite, tal y como han expuesto los investigadores durante el Foro de la Sociedad Europea de Radioterapia y Oncología, retardar el desarrollo de este tipo de tumor en más del 90% de los pacientes, y con menos efectos secundarios que pueden afectar a los órganos circundantes (vagina, intestino, vejiga). La braquiterapia se posiciona, con el aval de los últimos estudios llevados a cabo, en una nueva herramienta efectiva, y sobre todo individualizada, para combatir el cáncer de cuello de útero.
 
Bloquear el desarrollo del cáncer de cuello de útero y reducir los posibles efectos secundarios del tratamiento de braquiterapia guiada por imagen, una técnica de radioterapia que ha demostrado su eficacia en tumores localizados y en fase avanzada. Éste es el objetivo de una terapia que, en los dos estudios que se están llevando a cabo y que han sido presentados con motivo del Foro de la Sociedad Europea de Radioterapia y Oncología, ESTRO, han arrojado interesantes resultados al impedir el desarrollo del tumor en más del 90% de los pacientes, administrando dosis mucho más altas y con menos efectos secundarios.
 
Efectos que preocupan porque, tal y como han señalado los especialistas, durante el tratamiento la vagina puede recibir dosis altas de radioterapia lo que se traduce en síntomas tales como sequedad vaginal, inflamación (mucositis), estrechamiento vaginal, sangrado o fístula vaginal. Otros dos órganos que también pueden verse afectados son la vejiga y el intestino.
 
La braquiterapia guidada por imagen no solo permite calcular la respuesta del tumor a la terapia, sino que también permite a los oncólogos ajustar las dosis para no dañar los órganos circundantes. En concreto, esta técnica se basa en actuar sobre el tumor con la colocación en un aplicador de una fuente radiactiva. El escáner (imagen de resonancia magnética o exploraciones de tomografía computarizada) perfila los límites del tumor y los órganos que pueden estar expuestos a los posibles efectos secundarios del tratamiento.
 
Los investigadores y especialistas en oncología han abierto una nueva vía para mejorar el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de cuello uterino, indagando en los efectos de la braquiterapia. En concreto, el denominado estudio EMBRACE ha realizado el seguimiento durante 14 meses de más de 500 pacientes para controlar tanto los efectos adversos del tratamiento como su efectividad en controlar el desarrollo del tumor y mejorar la supervivencia del paciente. En el caso de los pacientes en los que se el tumor ya había comenzado a extenderse a los tejidos más cercanos y a los ganglios linfáticos (tumor localmente avanzado) se les sometió a tratamientos a quimioterapia, radioterapia externa y braquiterapia guiada por imagen.
 
Los resultados, como han apuntado los investigadores y responsables del estudio, han corroborado la baja prevalencia de los efectos secundarios vaginales severos. La particularidad de este estudio radica en que, por primera vez, se ha podido establecer una clara relación entre la dosis de radicación y su respuesta. La posibilidad de adaptar la dosis permite avanzar en los tratamientos individualizados y personalizados, cuyo objetivo es mejorar la atención a los pacientes oncológicos. La ventaja de la braquiterapia respecto a otros tratamientos es que permite administrar dosis más alta para combatir el cáncer de cuello de útero localmente avanzado sin afectar al resto de órganos.
 
Por su parte, el segundo de los ensayos, retroEMBRACE, analizó los datos de cerca de 600 pacientes de Europa y Asia. Ensayo que constata que la braquiterapia guiada por imagen es una herramienta mucho más efectiva a la hora de valorar adecuadamente y determinar la dosis precisa para controlar el tumor. Una herramienta mucho más efectiva que los tratamientos para el cáncer cervical en los que se viene utilizando la radiografía en lugar de imágenes en 3D.

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