Relación entre el sexo y la crianza

Existe una estrecha relación entre cómo te educaron y quién eres actualmente en la cama. Descubre más.

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    Relación entre el sexo y la crianza

    La psicología y la sexología están comenzando a comprender la estrecha relación que existe entre las relaciones sexuales adultas y todo el equipaje que traemos desde la infancia: nuestra cultura, la forma en que nos educamos, la apertura a la sexualidad, las relaciones sociales… Tal como fuimos criados es como hacemos el amor, dirían algunos. Hoy hablamos sobre la relación entre el sexo y la crianza.

    Algunas personas se sorprenden gratamente cuando acuden con miedo al consultorio psicológico con un especialista en sexología y se dan cuenta de que la terapia no se trata solo de tips para mejorar la experiencia sexual, sino de una revisión completa de la forma en que entienden el sexo y se relacionan con su sexualidad. Aún se sorprenden mucho más cuando profundizan en la terapia y se dan cuenta de que muchas actitudes sexuales o sentimientos físicos están completamente relacionados con la manera en que fueron criados.

    Algunos de los aspectos más importantes que tienen que ver con cómo afrontamos nuestra sexualidad y lo que aprendimos en la crianza son estos.

    Cómo nos amaron

    La forma en que fuimos amadas y amados durante nuestra infancia, principalmente por nuestros padres, influye directamente en cómo vivimos las relaciones interpersonales y nuestras relaciones sexuales.

    Por ejemplo, las hijas de padres ausentes suelen tener que afrontar problemas en su relación de pareja, tanto afectivos como sexuales, como la culpabilidad o la falta de autoestima a la hora de ‘desnudarse’ (física y emocionalmente) ante el ser amado en un momento tan íntimo como hacer el amor.

    Una persona que se sintió amada en su infancia posiblemente no tendrá problemas para aceptar que su pareja la ame, pero una persona que sólo era amada bajo condiciones (sacar buenas notas, ayudar en casa, portarse bien, vestir bien) podría tener problemas de aceptación en el ámbito del amor que afectarán directamente a sus relaciones sexuales. Por ejemplo, esa persona podría tender a centrarse únicamente en las necesidades sexuales de su pareja, dejando a un lado su propio placer.

    Cómo hablamos de sexualidad

    Mientras que antes el sexo era un tema tabú en la mayoría de las familias, en muchas ocasiones relacionado con la culpa, la frustración o ‘lo impuro’, hoy la tendencia es hablar más de sexo con los jóvenes, pero principalmente de temas como los riesgos sexuales, olvidando que la salud sexual también tiene que ver con la auto-aceptación, la autoestima, el cariño, la satisfacción o la intimidad.

    Varios estudios afirman que nos encontramos ante una brecha sexual entre hombres y mujeres, donde las mujeres jóvenes están teniendo más problemas para alcanzar orgasmos y disfrutar de sus relaciones sexuales. ‘No te olvides de usar condón’, ‘ten cuidado con las ETS’, ‘si tienes relaciones sin preservativo te puedes quedar embarazada’, son las frases típicas de padres y adultos hacia sus hijos, generalmente con tono de reprimenda, como si fueran a hacer ‘algo malo’.

    Y aunque estas conversaciones sobre seguridad sexual son totalmente necesarias ¿qué pasa con el significado profundo del sexo? Solemos extrañarnos cuando conocemos noticias como prácticas sexuales entre jóvenes totalmente desconectadas con la idea de intimidad emocional y sexualidad, como el caso del juego de la ruleta sexual.

    Pero no nos paramos a pensar si en algún momento demostramos a nuestros hijos o nos demostraron en nuestra infancia que el amor tiene que ver con el sexo y con ciertas manifestaciones sexuales que pueden naturalizarse y ser vistas por los más pequeños, como besos, abrazos y caricias fuera de la intimidad sexual de una pareja.

    En realidad, gran parte de los profesionales en psicología y sexología concuerdan en que los niños deben aprender sobre sexualidad desde temprana edad. Muchos apuntan a los cuatro años como la mejor edad para comenzar a hablar sobre sexualidad con los hijos, y empezar a tratar temas como el amor, la sensación de cercanía, el miedo al rechazo, la forma en que se sienten físicamente y cómo se desarrollan y crecen.

    El sexo que aprendemos en los medios

    La falta completa de educación sexual se suple en la mayor parte de los casos por lo que aprendemos en otros contextos, como los medios de comunicación. Películas estereotipadas, escenas machistas y ‘mala’ pornografía nos enseñan que el sexo es una cosa muy distinta a lo que puede ser en realidad.

    Así, hombres y mujeres se enfrentan a la cama como si fuera un maratón de posturas y actitudes de lo que se supone que es el sexo, pensando que están haciendo lo que se espera de ellos y lo que el otro desea que hagan. Un aprendizaje erróneo de lo que puede significar una relación sexual, que en la mayoría de los casos se traduce en insatisfacción sexual en ambos miembros de la pareja.

    Afortunadamente, el erotismo en los medios y la misma pornografía está comenzando a comprender que la sociedad necesita un cambio sobre su visión del sexo si quiere disfrutarlo completamente. Por eso, hoy en día encontramos buenas películas sobre sexualidad y libros eróticos y sobre sexualidad muy interesantes que ayudan a cambiar todos los conceptos mal aprendidos en nuestra infancia. Incluso, algunos sitios porno para mujeres están revolucionando la industria erótica aportando una mirada femenina que seduce tanto a mujeres como a hombres.