El sexo tántrico se basa en la obtención del máximo placer posible. Y para ello se vale de muchas armas. Dar los primeros pasos es mucho más sencillo de lo que pueda parecer, y con práctica y concentración lograrás llegar a los niveles más avanzados del Tantra. Aquí te damos 5 motivos para practicarlo. Además, te ofrecemos algunos ejercicios básicos de sexo tántrico para que te atrevas a probarlo con tu chico esta misma noche. ¡Toma nota! No te arrepentirás.
Acéptate a ti misma
Es imprescindible que ambos dejéis vuestros complejos fuera de la alcoba para que lleguéis a disfrutar de verdad de todo lo que está por pasar.
Desnudos uno frente al otro
El sexo tántrico se basa en la percepción del espacio presente. Por ello, para disfrutarlo plenamente es importante tomar conciencia de una misma, de tu pareja, del espacio donde podréis acariciaros así como de cada uno de los actos de amor y placer que os regaléis.
Un ejercicio esencial en tantra es colocarse desnudos uno frente al otro, con los ojos cerrados, en silencio y escuchando la respiración. Cuando sintáis que ambas respiraciones se sincronizan es el momento de abrir los ojos y sentiros fusionados en el presente para comenzar a disfrutar del sexo.
Además, es bueno que en espacios fuera del sexo practiquéis técnicas de meditación y mindfulness para ayudaros a conectar con el presente y no distraeros de vuestros objetivos. También podéis probar la meditación orgásmica en pareja.
Aumentad vuestra conexión mediante el sentido visual
Antes de comenzar con las caricias y el sentido del gusto, tacto u oído, es importante afianzar la conexión sexual mediante el contacto visual. Desnudos, parados uno frente a otro, miraros fijamente. Sed conscientes en el presente de cómo son vuestros cuerpos, de vuestros sentimientos, de vuestra conexión sexual. Poco a poco iréis aumentando vuestra tensión sexual excitándoos sin ni siquiera tocaros. Imagínate cuando lleguéis a la siguiente etapa.
Darle prioridad a los preliminares
Los besos y las caricias juegan un papel fundamental. El tantra se basa en alcanzar el punto máximo de excitación antes de pasar a la penetración. Así que volved a sentiros como cuando eráis adolescentes.
Mantened el contacto visual durante el sexo
Es muy importante que mires a tu pareja a los ojos, que conectéis a nivel espiritual. Al principio os dará risa pero poco a poco veréis como empezáis a sentir los beneficios de perderos en la mirada del otro.
Cargad vuestros chakras sexuales
El Tantra se basa en la energetización de los chakras sexuales de la pareja. Existen 5 chakras sexuales situados bajo el órgano sexual (1º), en el vientre (2º chakra y chakra sexual específico), la zona del ombligo (3º), el pecho o corazón (4º) y la garganta (5º). Activarlos energéticamente mediante la práctica del sexo tántrico es sencillo y muy excitante. Sólo tienes que comenzar dando un masaje erótico desde los pies de tu pareja, subiendo por las piernas hasta llegar a cada uno de los chakras, deteniéndote pacientemente en cada uno, dándoles prioridad con caricias, lametones, mordiscos o lo que te apetezca hacer.
Deciros lo que necesitáis
Que no te dé corte pedirle a tu pareja dónde quieres que te toque, como quieres que lo haga… estáis experimentado algo totalmente nuevo y hasta que os acostumbréis es importante comunicaros y daros indicaciones mutuamente.
Ser consciente
Siente cada caricia, cada beso, cada roce… para ello podéis optar por vendaros los ojos. De esta manera el sentido de la vista queda anulado y el resto se agudiza, así que serás capaz de percibir muchas más sensaciones que antes.
Actitud de la pareja masculina: ejercicio del valle
El sexo tántrico se basa en el culto de lo femenino, debido al concepto de mujer como creadora de vida y el significado profundo y simbólico en torno a sus ciclos menstruales. Es por ello, que la pareja masculina debe prestar plena atención al placer de la mujer, escuchando con los cinco sentidos el cuerpo femenino, su respiración, necesidades sexuales, ritmo… lo que por cierto, repercutirá completamente en su propio éxtasis de placer.
Para ello, el hombre puede imaginar que el cuerpo de la mujer es un valle frondoso y desconocido que desea explorar. Lo hará con cuidado y atención, percibiendo cada cambio nuevo, cada detalle hasta que lo conozca por completo.
Retrasar el orgasmo
La penetración pasa a un segundo plano. Cuando hayáis alcanzado el punto máximo de excitación puede introducir el pene, pero debéis evitar la tentación de moveros constantemente sin un ritmo determinado. Seguid con los besos y las caricias e id poco a poco introduciendo movimientos rítmicos sin que vuestro objetivo sea la eyaculación.
Para retrasar el orgasmo se suele utilizar una secuencia de penetraciones suaves y profundas con un ritmo constante que permita ir profundizando en la sensación del placer de la pareja. Una secuencia usual es 6-1 (6 penetraciones suaves y 1 profunda), 5-1, 4-1, 3-1, 2-1, 1-1, y cuando terminéis podéis volver a comenzar la secuencia.
La explosión final
Cuando llevéis algún tiempo al borde del abismo (pueden pasar horas) el clímax llegará para ambas partes. Y será más intenso que nunca. Se le llama orgasmo valle, porque todo el cuerpo experimenta al completo el éxtasis.
Quizá no lo consigas el primer día, pero con algo de práctica lograrás tener orgasmos que impliquen todo tu cuerpo gracias al nivel de excitación tal alto al que hayáis llegado.
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